PLANTAS CON FLORES.
A diferencia de las plantas artificiales cuyo fin es puramente decorativo, las plantas naturales son parte de la naturaleza y una parte imprescindible para que haya vida en nuestro planeta, por ello también es nuestra responsabilidad el cuidar de ellas.
Si eres de las personas que tienen plantas en casa y estas son plantas con flores, verás lo sabia que es la naturaleza y la belleza que también nos aporta.
Existen innumerables plantas con flores, y también son muchas las plantas con flores que admiten estar en cautividad. Aquí vamos a hablar de alguna de ellas.
Las ipomeas son plantas con flores muy vivaces y muy conocidas como planta decorativa de jardín por la belleza de sus flores.
Con estas plantas con flores se pueden tapizar vallas, paredes o columnas guiando sus volubles tallos al efecto.
Estas plantas con flores crecen muy rápidamente por lo que son ideales para este propósito, contribuyendo con su hermosa floración a embellecer los chalets y casas de campo.
Estas plantas con flores tienen hojas acorazonadas y de un verde intenso, y son tan abundantes como sus flores y pueden cubrir rápidamente un terreno desnudo, siempre que se encuentre en las condiciones convenientes.
El género de estas plantas con flores se denomina Pharbitis, y existen de cuatrocientas a quinientas especies de estas plantas con flores, algunas muy conocidas, extendidas por las regiones calidad de los dos hemisferios.
Citaremos las plantas con flores llamadas rubro-coeruela que alcanza alturas de 3 a 3,50 m y da flores azules celestes.
Otras plantas con flores llamadas purpurea, de 3 m de altura y flores de varios colores, y las plantas con flor hederácea, de hoja similar a la hiedra y flores rojas, entro otras.
Las flores de estas plantas con flores son de buen tamaño, pedunculadas, con los pétalos soldados en forma de embudo o campana. La luz que necesitan estas plantas con flores es la del sol directo.
La temperatura que necesitan estas plantas con flores es un ambiente cálido y húmedo. Los riegos que las daremos durante la estación templada y cálida son convenientemente abundantes, dado su carácter excesivamente herbáceo y la abundancia de su floración.
Se reproducen bien por esquejes, división de mata y acodo, se suelen plantar sus semillas al final de la estación fría, cuando ya se sabe que no se van a producir heladas, directamente en el jardín. Hay que saber que esta planta es muy agradecida y que no tiene grandes exigencias en cuanto al terreno, siempre que se la mantenga en lugar soleado y se la provea de agua suficiente.
No obstante, le viene muy bien una tierra rica en sustancias orgánicas.
Se puede enriquecer su sustrato con los abonos convencionales solubles una vez cada quince días en la época de floración, que se extiende en principios de verano hasta finales de septiembre.
Es una planta bastante resistente a plagas y enfermedades, aunque las orugas en verano suelen roer sus frescas hojas.
Las orugas se pueden apartar simplemente con la mano, aunque también se pueden rociar las hojas con rotenona, que resulta inocua.
